Bloqueo creativo son dos palabras con las que tiene que lidiar a menudo el escritor. Si tu sueño es publicar un libro, seguro que en algún momento te ha pasado esto: tienes una brillante idea para la trama pero, ¡ups!, de repente, sientes que las palabras han dejado de fluir, al ponerte a redactar. No te preocupes, esto es algo más común de lo que imaginas y se conoce como el «síndrome de la página en blanco». Por eso, en este post queremos darte algunos consejos para superar cualquier bloqueo creativo:
1. Sal y haz algo de ejercicio. Si te encuentras atascado, una buena opción para liberar tu mente es practicar algo de deporte. Con ello, lograrás aumentar el riego sanguíneo y la oxigenación de tu cerebro. La liberación de adrenalina y neurotransmisores durante la actividad física hace que pienses mucho mejor.
2. Date una ducha y cámbiate de ropa. Aunque no parezca algo importante, el agua te ayudará a relajarte y empezar de nuevo. Cuando vuelvas a sentarte ante el ordenador, ya limpio y con nueva ropa, estarás renovado para volver a escribir.
3. Cambia de lugar para trabajar. Debes intentar romper con tu rutina y una forma sencilla de lograrlo es redactar desde otro sitio distinto al que utilizas habitualmente. Puedes buscar otra área de la casa, donde te sientas cómodo, o salir a algún parque o cafetería que te inspiren.
4. Escribe mal a propósito. No te ofusques y trata de tomártelo con humor. Una forma de hacerlo es jugar a escribir lo peor posible durante un rato. Una variante es proponerte una regla absurda, como terminar todas las palabras con una vocal. De esta manera, lograrás vencer al estrés y, al perder de vista lo que te preocupa, surgirán, fácilmente, nuevas ideas.
5. Concéntrate en lo inmediato. En lugar de pretender resolver varias escenas de golpe, por el estrés de querer publicar ya un libro, deja de querer abarcar tanto y esfuérzate en conseguir una frase, a un ritmo más pausado pero eficiente. También puedes dejar, por un momento, el texto y dedicarte a otros aspectos cruciales a la hora de imprimir libros, como pensar en la portada, la biografía y otras cuestiones de estilo.
6. Por último, háblale a alguien o algo de tu proyecto. Verbalizar lo que hacemos y nos sucede siempre ayuda a encontrar soluciones y nuevas perspectivas. Puedes decírselo a una persona de tu entera confianza. Los niños son una buena opción, pues ellos suelen ser mucho más creativos en sus respuestas que los adultos. Si esto no te convence, puedes tratar de externalizar lo que sientes contándoselo a un objeto de la casa o ser imaginario.
Como ves, son varios los trucos y técnicas que existen para ayudar a que los diálogos fluyan a la hora de escribir una novela, así que no te quedes de brazos cruzados y ve a por todas.
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