Descubrir los secretos de El mapa de las Viudas, de Daniel Dimeco

Cuando lees El mapa de las viudas quieres saber más, nosotros quisimos y por eso entrevistamos a su autor, Daniel Dimeco

Daniel Dimeco es escritor y dramaturgo; El mapa de las viudas (Algaida) representa su tercera obra narrativa y con ella consiguió el XVI Premio de Novela Ciudad de Badajoz. Este libro que ya reseñamos recientemente, es una obra cumbre, un imprescindible. Dimeco consigue en él sumergir al lector en un ambiente opresivo y revelador en cada detalle; y su lectura se hace a tramos difícil por la crudeza que trasciende entre líneas. Pero su verdadero hallazgo es conseguir que el lector tenga que seguir leyendo porque se ha enamorado perdidamente de su protagonista.

Nos cuenta la dura historia de una mujer, Eleonora Maler, en la que conviven dos personalidades cuya alternancia nos revela sombras que acaban siendo abismos. La trama fluye en la República Democrática Alemana de 1960, en un pequeño pueblo llamado Stralsund.

Eleonora vive con una niña que resulta ser una de las piezas clave de la historia que cuenta Dimeco. La vida se desarrolla en un ambiente cada vez más asfixiante controlado día y noche por la Stasi.

Una novela negra llena de fantasmas y secretos; un mapa que se irá completando poco a poco y en el que la maestría narrativa de Dimeco queda patente.

En definitiva, una espectacular novela de la que queríamos saber más, de ahí esta entrevista en la que su autor nos cuenta los porqués que nos surgieron al leerla:

 

¿Por qué ese momento y ese lugar? ¿Cómo surgió la idea de esta novela?

La novela nació de una imagen a través de la cual conocí a Eleonora Maler, la protagonista, y una anécdota que me desafió a desentrañar el secreto que esconden el doctor Amstelheim y su mujer, Ulva. Y fue imprescindible, desde los primeros bosquejos, que la historia se desarrollara en un escenario lo suficientemente hermético como para que los condicionamientos a los que se ven sometidos los personajes no les permita escapar con facilidad. Empiezo a indagar y descubro que los aires soplan del norte de Europa, entonces acerco el zoom y me doy de cara con esa República Democrática Alemana ya extinta y bastante desconocida en nuestro universo imaginario. Ahí mismo saltaron las alarmas y ya no tuve dudas de que ese era el sitio adecuado, de que la RDA era el mejor marco geográfico-cultural que, además, me brindaba esa faraónica construcción de control de la sociedad que fue la Stasi… Toqué el hueso y ese fue un instante único. Enseguida llegó el año en el que transcurre la historia y eso ocurrió una vez que estudié a fondo a los personajes.

 

¿Cómo te documentaste, te has basado en hechos reales?

Cuando empecé a trabajar sabía que en la RDA, como en los demás países del bloque soviético, habían sucedido hechos increíbles y como me apasiona la Historia lo que hice, básicamente, fue releer episodios de aquel período de la historia alemana, observar fotografías de gente y de la ciudad de Stralsund, recurrí al cine y me pasé larguísimas y maravillosas horas auscultando a los personajes, desde la protagonista hasta el menos relevante. Y, también, le hice algunas preguntas claves a un especialista que me ayudó a trabajar el personaje de la protagonista.

 

El personaje

¿Cómo construiste el personaje de Eleonora?

Poco a poco y con paciencia, rescatando sus gestos cotidianos, sus manías, gustos y fobias…. La relación entre el autor y sus personajes puede ser muy parecida a la del psicólogo con los pacientes o a la de los antiguos médicos de pueblo. Construyen desde la confianza y, a su debido tiempo, los personajes se van quitando las máscaras y empiezan a confiar en quien dará a conocer sus historias. Eleonora requería que consiguiera meterme en su psique y así construir el hilo que conectaba su pasado de 1945 con su presente de 1960.

 

¿La locura es mejor que la cordura en determinadas circunstancias?

La locura en sí misma es terrible porque la persona deja de ser quién era, se produce una fuga muy perturbadora para el afectado y para quienes le rodean. Ahora bien, sí es verdad que en situaciones muy traumáticas, la desconexión que se produce entre los hechos ocurridos y la base de datos de nuestra memoria quizás hace más llevadero el tránsito cuando hay que convivir con algo muy gordo. En el caso de Eleonora es probable que, de no haberse vuelto loca, no habría llegado con vida al verano de 1960.

 

Las metáforas

¿Qué papel tienen los símbolos y las metáforas en tu novela? ¿Qué representan esos murciélagos?

Los símbolos y las metáforas tienen un papel relevante, están en toda la narración reforzando la historia, enriqueciendo la trama. Además, me parece muy rico y me divierte que cada lector pueda interpretar a partir de sus universos imaginarios y sus sensibilidades. Los murciélagos son una presencia constante en la novela como los agentes de la Stasi lo eran en la vida diaria de los alemanes.

 

Los habitantes de la República Democrática Alemana se debaten en tu libro entre ser doblemente víctimas o doblemente verdugos…

Quizás porque todos tenemos ambas condiciones en situaciones en las que hay que moverse en la frontera. En la novela se debaten cómo sobrevivir. Y cuando digo sobrevivir más bien quiero decir vivir o morir. La vida en la RDA, para el que cometía un acto sospechoso de traición al socialismo, se convertía en un calvario, entraba en una larga lista negra que tenía por misión purgar sus pecados. En el instante en el que propia vida es la moneda es la que paga las deudas adquiridas o endosadas por las mezquindades o incompetencias de otros, las buenas maneras, la moral y el clásico “yo lo habría hecho de otro modo” se convierten en buenas intenciones sobre papel mojado.

 

Los porqués

¿Cuál fue el mejor y el peor momento mientras escribías este libro? 

Escribir esta novela ha sido un reto increíble, por la temática, por la dificultad del personaje protagonista, por las circunstancias que rodean los hechos que cuento, pero no existieron momentos peores. Sí es verdad que durante todo el proceso tuve que parar, templar y mandar para poder administrar la dosificación de la información. Y, si tengo que elegir un buen momento, me quedo con cualquiera de las escenas entre Eleonora y Maria Groß. E, inolvidables, serán los momentos en los que le leía a mi mujer los nuevos capítulos que iba escribiendo, como antiguamente se hacía con las novelas por entregas.

 

Qué te gustaría que pensasen los lectores cuando terminasen de leer El mapa de las viudas.

Que han leído una buena historia.

 

¿Qué significa este premio para ti?

Ante todo un privilegio y una muy buena oportunidad de que lo que he escrito con tanta pasión vea la luz y llegue a las manos de los lectores. En lo que me afecta directamente como escritor, el hecho de haber ganado el Premio Ciudad de Badajoz me brinda la posibilidad de encender una luz que me permita un poco más de visibilidad. Todo un logro en este nuestro mundillo.

 

¿Cuál es el objetivo último que te llevó a escribir esta novela?

Ante todo, escribir lo que tenía en mente, la historia que quería escribir, aún a sabiendas de que podía estar alejada de la moda de la literatura light y comercial para consumir en tiempos difíciles. Ese es mi objetivo final con esta novela, lo fue con La desesperación silenciosa tres años atrás, y lo será con las novelas que vengan más adelante.

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