Guiones en los diálogos de una novela: claves de estilo

guiones en los dialogos

Diálogos de una novela, una clave de su éxito

¿Los guiones en los diálogos se te resisten? Aquí tienes algunos consejos para su correcto uso

Una de las dudas o errores más frecuentes que se dan a la hora de escribir una novela o publicar un libro, vienen del uso incorrecto de los guiones de diálogos. Existen tres tipos principales de guiones: el corto (también llamado de separación o división), el medio y el largo. Habitualmente se usa el primero para dividir palabras, el segundo para separar una frase aclaratoria o un inciso (de modo equivalente a hacerlo entre paréntesis, por ejemplo, como esta frase), y el tercero para encuadrar frases de diálogos de personajes. Estos últimos suelen ser los más problemáticos a la hora de utilizarlos correctamente, de modo que vamos a ofrecer una serie de sencillas reglas para su correcta utilización.

Los guiones largos siempre se escriben inmediatamente antes de una frase, sin espacio entre el guión y la primera palabra. Son la «marca» que indica que la frase es lo que dice el personaje textualmente. Si se escribe solamente dicha frase, no es necesario cerrarla con otro guión, basta con el punto final:

—Hola, Luis.

En la mayoría de los casos, es preferible acompañar la frase de un verbo que explique la acción de la frase, ya que aumenta la sensación descriptiva del texto y ayuda al lector a «»visualizar»» el diálogo del personaje.

En caso de ser una sola frase, dicho verbo se escribe a continuación de la frase sin ninguna separación, no se escribe ningún signo delante de la segunda raya:

—Hola, Luis —dijo Juan.

Si el personaje dice varias frases y se desea describir la acción, la mejor forma de hacerlo es separando las frases con dicha acción. En ese caso, sí se cierra la segunda raya, y la coma de separación se escribe como si la descripción no existiese, es decir, como se escribiría entre las dos frases si estas se escribiesen seguidas:

—Hola, Luis —dijo Juan—, me alegro de verte.

Se utiliza esta construcción cuando se usan los verbos «decir», «comentar», «gritar», «preguntar» o con cualquier verbo que indique o implique la acción de hablar. Esta frase descriptiva complementaria al diálogo puede extenderse todo lo necesario para expresar las acciones del personaje mientras habla, cómo se mueve, lo que piensa…, o incluso la reacción de otros a sus palabras, aunque no conviene extenderla demasiado para no dificultar la lectura de la frase completa. En esos casos, es mejor separar las diferentes frases con un punto y seguido. Básicamente, la regla es escribir las diferentes frases separadas por la misma puntuación que se utilizaría si no existiese la descripción de la acción, que aparece entre los guiones. Dos ejemplos:

—Hola, Luis —dijo Juan levantando una ceja—, me alegro de verte.

—Hola, Luis —dijo Juan con una sonrisa, girándose para encarar al recién llegado mientras disimuladamente escondía la nota en el bolsillo trasero de su pantalón—. Me alegro de verte.

Sin embargo, si a continuación de la frase de diálogo el verbo hace referencia a una acción distinta o posterior, la frase se finaliza con punto y la acción se comienza con mayúscula tras el guión, como corresponde a una frase nueva e independiente. En estos casos, lo ideal resulta dejar la frase suelta en una línea y continuar la narración en un nuevo párrafo, salvo casos muy concretos en los que se suceden acciones y frases rápidas y puede resultar estéticamente poco atractivo encadenar una serie de párrafos de una sola línea y pocas palabras cada uno.

—No me sermonees, no lo soporto —respondió girándose y dándole la espalda.

—No me sermonees, no lo soporto. —Se giró y le dio la espalda.

—No me sermonees, no lo soporto.
Se giró y le dio la espalda.

Cuando se transcribe un diálogo entre dos personajes (o más), se sobreentiende que cada nueva frase corresponde a uno distinto. Por tanto, todas las frases que diga cada personaje deben ir seguidas. Nunca se debe separar cada frase de un mismo personaje en una línea independiente con su propio guión, pues lleva a confusión y hace imposible al lector seguir correctamente la conversación:
Incorrecto:

—Hola, Luis —dijo Juan.
—Me alegro de verte.
—Y yo a ti.
—Hacía mucho tiempo que no nos veíamos.

Correcto:

—Hola, Luis —dijo Juan—, me alegro de verte (habla Juan)
—Y yo a ti. Hacía mucho tiempo que no nos veíamos (habla Luis)

En el caso de que un personaje pronuncie un discurso excesivamente largo y el autor quiera separarlo en diferentes párrafos, se recurrirá al símbolo de cierre de comillas tipográficas ( » ) para indicar que el nuevo párrafo es pronunciado por el mismo personaje que el anterior, dado que un nuevo guión largo indicaría que cambia el personaje que habla.

En caso de intercambios largos de frases entre personajes, resulta conveniente acompañar de vez en cuando las frases de los diferentes personajes con verbos descriptivos, ya que ayuda a ubicar al lector y a recordarle quién está diciendo qué:

—Hola, Luis —dijo Juan.
—Hoja, viejo amigo —respondió el recién llegado.
—Veo que la vida te ha tratado bien, estás igual de joven que siempre.
—Me halagas.
—Me disponía a comer, ¿quieres acompañarme? —preguntó Juan alzando las cejas—. La cocinera siempre prepara comida de sobra para un regimiento.
—No, gracias —declinó Luis—. Me esperan en el centro para una reunión.
—Como prefieras. Quizá mañana…
—Sí, mejor mañana —confirmó Luis con una sonrisa. Acto seguido, se despidió alzando la mano y salió del despacho de Juan cerrando la puerta tras de sí.

En caso de que la frase sea una interrogación o una exclamación, los signos se deben cerrar antes de la raya, no después, al igual que los puntos suspensivos. Solo en el caso de los dos puntos, estos se sitúan después de la raya al igual que el punto o la coma:

—¿Has venido solo? —preguntó.

—¡Corred! —gritó.

—No estoy seguro. Quizá… —susurró.

—¡Atención todos! —gritó, añadiendo a continuación—: ¡Esto es un atraco!

Para finalizar, un ejemplo de un párrafo que incluye diferentes frases de un personaje, separadas por breves indicaciones narrativas de sus acciones. Se debe notar que la frase empieza con un guión largo, y a continuación los diferentes guiones se colocan siempre encerrando la narrativa de las frases, salvo la frase final que se cierra siempre con un punto y aparte:

—Me disponía a comer, ¿quieres acompañarme? —preguntó Juan alzando las cejas—. La cocinera siempre prepara comida de sobra para un regimiento. Seguro que hay más comida de la que yo puedo comer, y me encantará ponerme al día de cómo te ha ido la vida en estos años —comentó con una sonrisa, a la vez que señalaba con un gesto la silla situada enfrente de la mesa—. A juzgar por tu bronceado, yo diría que debe haber sido… interesante. ¿Me equivoco? —añadió con una sonrisa pícara.

Esto cubre básicamente la mayoría de casos y situaciones que se pueden dar a la hora de escribir diálogos de una novela. A continuación, unos pocos consejos sobre estilo.

Se admite comenzar una frase con texto descriptivo e insertar dentro del mismo párrafo un diálogo, pero no es lo ideal ya que resulta confuso para el lector. Siempre resulta mucho más claro comenzar los diálogos en un párrafo nuevo:

El sargento se dirigió al estrado y, tras unos ligeros carraspeos, levantó la vista y comenzó su discurso con voz clara y segura.
—¡Soldados! Me dirijo a vosotros para felicitaros por vuestra graduación.

Del mismo modo, cuando en medio de una narración se desea evocar una frase textual dicha por algún personaje, lo ideal es escribirla entre comillas, no usando un guión largo de diálogo, ya que no es una frase que se pronuncie en ese momento por parte de alguno de los personajes. Este mismo recurso se suele utilizar cuando se narran los pensamientos de algún personaje, que este no pronuncia en voz alta. Otra alternativa es escribir la cita en cursiva, aunque no resulta tan clara para el lector como el entrecomillado.

Luis solía recordar la frase que su padre siempre les repetía a él y a sus hermanos: «En temas de dinero no confiéis en nadie, nadie da duros a cuatro pesetas». ¡Qué gran verdad!

Juan recorría cabizbajo la calle, intentando esquivar los charcos de agua helada. «¡Qué frío hace!», pensaba, «se le congelan a uno hasta las ideas».

Es importante recordar que los guiones largos que indican o separan diálogos siempre deben ir junto a la palabra, sin espacio de separación, por lo que no deben separarse de la palabra o del signo de puntuación que les sigue al final de una línea:

—Me han dicho que tienes novio —le dijo a la joven—, ya te estás convirtiendo en toda una mujer.

—No puedo creer que haya vencido, ¡lo tenía todo en contra! —exclamó sorprendido—. Es asombroso.

Dependiendo del programa que se utilice para escribir o componer el texto, existen diferentes opciones para evitar que un guión largo sea tratado como uno de separación. En el caso del más comúnmente utilizado, el MS Word, la opción correcta es utilizar el símbolo «barra horizontal» (horizontal bar) para el guión largo, que se encuentra en el apartado «insertar», dentro de los «símbolos», ya que los otros guiones largos son tratados como guiones normales y se comportan como guiones de separación al final de una línea, incluso cuando se desactiva la separación por sílabas.

Esperamos que este post te haya servido para aclarar tus ideas respecto a los guiones, estamos preparando otro que lo complementará. Si este te ha gustado, no dudes en hacérnoslo saber y si tienes alguna sugerencia que hacer utiliza el cuadro de diálogo. Nos encanta comunicarnos contigo.

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