César Rendueles nos despierta con su Capitalismo canalla
César Rendueles, hace en Capitalismo canalla, una historia personal del capitalismo a través de la literatura (Seix Barral) un repaso de los pilares que apuntalan la sociedad actual. Multitud de textos literarios extraídos de la obra de diferentes autores van componiendo y sosteniendo las tesis que el autor plantea a lo largo del libro y forman un todo que nos pone al corriente de cómo hemos llegado hasta aquí. Un proyecto original y trascendente para pensar y conocer mejor de dónde venimos y a dónde vamos.
Rendueles sostiene que es una visión subjetiva de la historia y de la actualidad pero es inevitable encontrar similitudes con la realidad de todos, no sabemos si objetiva pero seguro vivida. Un libro muy interesante para todos aquellos que quieran saber más sobre la historia del capitalismo. Erudito y divertido, a la vez, en Capitalismo canalla encontramos respuestas a por qué vivimos en «un supermercado en ruinas».
¿Qué se va a encontrar el lector cuando abra Capitalismo canalla?
Una interpretación personal, sin ningún ánimo de objetividad, de algunos episodios importantes de la historia de la sociedad en la que el hilo conductor son distintos episodios de la historia de la literatura.
¿Qué le llevó a escribir este libro?
Fue una propuesta de Elena Ramírez, directora literaria de la editorial Seix Barral, que yo modulé para adaptarlo a lo que me veía capaz de escribir.
El proceso creativo de este libro ha debido ser muy laborioso, ¿cómo has encontrado todos los textos que le permitirán sostener sus tesis?
En realidad, fue un libro muy fácil de escribir. Estoy familiarizado por mi trabajo académico con las tesis históricas que lo organizan. Las novelas y poesías que cito son mi propio bagaje literario. Los libros forman parte de mi vida desde que tengo uso de razón. Lo único que hice fue reencontrarme con ellos.
En un momento del libro se dice que para manejar a la población lo importante es que el hombre nunca esté desocupado y que gaste continuamente lo que gana o que no está permitida la esclavitud pero la riqueza consiste en multitud de pobres laboriosos. ¿En este mundo es posible la libertad? ¿Qué nos la puede devolver?
Bueno, esa era una idea común entre las clases altas de los inicios del capitalismo, cuando se enfrentaron a las dificultades para crear un mercado de trabajo estable. Hoy la situación es diferente, en el sentido de que el mercado laboral funciona así de forma más o menos automática. Hablar de ausencia de libertad es excesivo. Lo que ocurre es más bien que la naturaleza del sistema social en el que viviemos nos impide tomar decisiones deseables de organización política como, por ejemplo, repartir el trabajo.
¿Cree que el consumismo en un arma para convertirnos en esclavos y volvernos más vulnerables, sumisos e ignorantes?
El consumismo no tiene que ver con comprar más o menos cosas. Es más bien una forma de vida. La idea de que comprar bienes o servicios en el mercado constituye una fuente importante de realización personal. Creo que esa manera de relacionarnos tiene importantes limitaciones, nos lleva a vivir vidas dañadas.
¿Qué salvarías de la democracia actual?
Salvaría casi todo, en realidad. El problema que veo es más bien que la estructura económica en la que está incrustado nuestro sistema político impide su desarrollo real. Por ejemplo, en nuestro país se puede apostar por una economía mixta, con preponderancia de lo público sobre lo privado, sin apartarte ni una línea de lo que dice la Constitución. Otra cosa es lo que opine el IBEX35 y sus medios de comunicación sobre un proyecto como ese.
También se aprecia en el libro que pertenecer a la clase trabajadora es motivo de vergüenza, ¿los trabajadores podemos cambiar esta percepción?
No veo por qué no. Durante mucho tiempo ser de clase trabajadora era un motivo de orgullo. Hoy, en cambio, tratamos desesperadamente de imitar la vida de los ricos. Basta con ver un vídeo musical o los suplementos dominicales de los periódicos que nos hablan de viajes, hoteles, restaurantes y productos que jamás podremos pagar. El elitismo se nos ha metido en los huesos. Confío en que seamos capaces de sacárnoslo del cuerpo.
En algunos pasajes de Capitalismo canalla se refiere a una una élite que dirige el mundo, ¿cree que alguien será capaz de ponerles nombre?
No soy muy amigo de las teorías de la conspiración. Más bien me refería a que un pequeño grupo social de tal vez unos pocos cientos de miles de personas tienen una influencia desproporcionada en las agendas públicas de los gobiernos de todo el mundo. Más que dirigir, en el sentido literal de la expresión, lo que hacen es limitar las opciones de las que disponemos.
¿Aún hay esperanza?
En realidad, soy bastante optimista. Creo que en los últimos cinco años estamos viviendo un ciclo político muy esperanzador.
¿Qué le gustaría que pensase el lector cuando termine de leerlo?
Ni idea. Para mí es algo muy nuevo. Normalmente me dedico a escribir textos académicos que nadie lee. El mero hecho de ser leído por mucha más gente es una experiencia fascinante y aterradora al mismo tiempo.