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Entrevista a Laura Riñón
Jun
Entrevista a Laura Riñón
Nos concede esta simpática entrevista la escritora zaragozana Laura Riñón Sirera. Presume de haber escrito y corregido ‘Amapolas en octubre’ (Espasa) en varias ciudades del mundo. No es de extrañar porque con tres años se trasladó con su familia a Alcalá de Henares y por motivos profesionales pasa la mayor parte de su tiempo viajando.
Apasionada de la lectura y del cine desde niña, gracias a la escritura ha logrado poner voz a las historias que inventa en su imaginación. Es lo que le pasó con ‘Amapolas en octubre’, me dice, cuando le pregunto acerca del origen de esta novela.
La culpa, entre comillas, es de una novela de Irene Nemirosky, ’El malentendido’, dice que se la leyó «hace un par de años y cuando terminé me dije, qué pena no habérmela leído antes, porque me hubiera venido muy bien, no haberlo tenido que aprender yo después». A partir de aquél libro pensó en otros libros que había leído. «La literatura en mi vida, obviamente, está muy presente, empecé un poco a ver el tema de lo que había sido mi vida a través de la literatura». De hecho, continúa, en el proceso de creación de esta novela, «primero escogí las novelas y luego cree a Carolina, a su familia, creé el instante del inicio de la historia, lo principal de todo fueron las novelas».
Esa Carolina es la protagonista de «Amapolas en Octubre», una joven librera (propietaria de una librería llamada JO) que se debate en una auténtica encrucijada vital tras el accidente en el que perdió a su padre y que dejó a su madre sin habla. Lectora voraz, como la propia Laura Riñón, encontrará la brújula que la guíe por su pasado y la oriente en el futuro en seis novelas que marcaron su crecimiento como persona.
Ocurrió, durante la escritura de esta novela, algo curioso según nos cuenta. Los libros que Laura había escogido para la protagonista esta se los cambió… «Al principio estaban unos que luego cambié porque veía que no me encajaban con el personaje a medida que iba escribiendo.» También nos cuenta la autora que «Carolina es una mujer que es como es por la infancia que tiene, vive en esa burbuja literaria que su hermano ve como un divertimento, porque su hermano, aunque suene a tópico, piensa que las cosas son blancas o negras, y en disfrutar de la vida». Un poco al contrario que la protagonista, pues al parecer «Carolina es blanco, blanco roto, blanco marengo y todo le afecta».
Sobre esa burbuja en la que parece vivir Carolina, Laura Riñón nos dice que aquella «vive con ese sentimiento de agradar de que la quieran y se confunde, al final cree en una realidad que es irreal, crea una realidad paralela que es irreal.» No solo eso, sino que «lleva demasiado tiempo contenida viviendo hacia dentro que tiene tantas emociones dentro de ella y tanta necesidad de dejar que salgan que en algún momento le tenía que pasar esto. Ella es una mujer que siente que vive para agradar al mundo, que todo el mundo sea feliz y ella es feliz así, pero yo a Carolina le hubiera dado tres sopapos en más de cuatro ocasiones. Porque es como que no reacciona, ¿sabes?
A pesar de esos sopapos, estoy seguro que hay personajes a los que se les coge cariño, incluida Laura Riñón con su Carolina Smith. Laura Riñón es autora además de ‘Amapolas en octubre’ de la novela ‘Todo lo que fuimos’ y del blog ‘Palabras de Laura’ así como de un libro de relatos ‘Dueño de tu destino’ (Premio Éride 2014).
La literatura tan presente y, de nuevo, Riñón me confiesa que «lo más bonito que me ha pasado con esta novela es que, después de ‘Mujercitas’, que era el libro que yo tenía clarísimo, Carolina se alejó de mí, eso es lo bonito de la literatura, el autor y el personaje tienen un parentesco y llega un momento en el que se corta el cordón umbilical, y el personaje tiene vida propia, y esto me pasó con Carolina, después de ‘Mujercitas’ ella salió por la puerta y yo me limité a escribir lo que ella me contaba».
No puedo sino preguntarle por el ahora, qué espera tras terminar el libro, me dice que una de sus ilusiones era «que el libro se leyera, que el libro gustara y, sobre todo, que el lector tuviera curiosidad por los libros que menciono si no los ha leído, sobre todo, o si lo ha leído que los leyese otra vez».
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