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Entrevista a Raúl Ariza
Jun
Entrevista a Raúl Ariza
Nos concede una entrevista el escritor castellonense Raúl Ariza (Benicàssim, 1968) que acaba de publicar su primera novela ‘Un viaje solo para hombres’ (Versátil). Abogado de profesión, ha colaborado con diversas revistas literarias publicando relatos, artículos y crónicas que van desde la crítica literaria a la cinematográfica en varios medios digitales. Ha participado en diversas compilaciones y antologías, siendo autor de tres libros de relatos breves: Elefantiasis (2010), La suave piel de la anaconda (2012) y Glóbulos versos (2014).
En ‘Un viaje solo para hombres’ aparecen referidas obras literarias de autores como Leopoldo Alas o Truman Capote y se oyen (metafóricamente) canciones, como Il mondo de Jimmy Fontana, Las cosas lentas de Portonovo o Whatever de Oasis. Háblanos al respecto de estos guiños literarios y musicales.
Me imaginaba a Jorge y a Santi leyendo o escuchando una u otra cosa, en ambos protagonistas, debería confesarte si fueras un párroco o un psicoanalista, que hay algo de mí, pues era cómo me sentía o cómo creía que se sentía en ese momento el personaje. La referencia a Oasis, además, tiene otra motivación, y es que ese primer capítulo que te comenté, que empecé a escribir, recuerdo perfectamente que estaba escuchando esa canción, esa en concreto. Lo recordé un par de años más tarde, y me dije, en homenaje tiene que salir: «¿Le viene bien al personaje? Sí. Pues venga».
Con ‘Un viaje solo para hombres’ das el salto a este género mayor, la novela, tras tu trayectoria con relatos y microrrelatos publicados. ¿De dónde surgió la idea de escribir esta historia?
Me puse a escribir sobre la visita de un escritor a la consulta de un psiquiatra que me parecía entretenido. (…) Cuando llevaba más de dos folios dije: esto no es un microrrelato, me he pasado de las 300 palabras. Y lo dejé. Aunque la idea siguió en mi cabeza, a partir de ahí fui enredando y enredándome.
Hay dos pretextos literarios que desde el punto de vista de la temática me persiguen, algo que he descubierto a posteriori en mis relatos publicados: la violencia de género y en un porcentaje quizá no tan alto, pero si recurrente, que acudo como herramienta a la propia actividad literaria. Es decir, a explicarme a mí mismo por qué narices escribo y no pinto, por ejemplo. Enlace esas dos cosas, busqué dos historias que encajasen una dentro de la otra y nació ‘Un viaje solo para hombres’.
En ‘Un viaje solo para hombres’ encontramos dos historias, dos tramas. Una, la de Santiago Albiol, quien una mañana coge a su único hijo, de apenas cinco años, lo sube al coche y emprende un viaje sin destino y a la desesperada que le lleva a cruzar media España. Es una huida: Santiago acaba de matar a su esposa. Otra, cuando leemos que dos años después de ese luctuoso hecho, Jorge Canal, arquitecto y escritor decide escribir una novela que cuente la historia de Santiago. Dos narraciones, la huida de Santiago en un viaje imposible y la obsesión de Jorge por plasmar la historia de tan execrable crimen, cuyos desenlaces de una y otra trama están conectadas.
Raúl, antes comenté lo del guiño a Truman Capote, es más que evidente como verán los lectores, y más concretamente, a ‘A sangre fría’, ¿podría decirse que ‘Un viaje solo para hombres’ es en parte una novela testimonio?
Como trampantojo es lo que yo tenía en la cabeza, y ese es el motivo por el que empiezo por el final. Empiezo desvelando una de las dos tramas: Lector, te voy a hablar de un tipo que ha matado a su mujer. Es más, al día y en tal sitio, vamos a ver qué pasa. Y a partir de ahí como trampantojo. Me gustaba mucho esa idea.
Muchas gracias y muchos éxitos
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