«Voyage. Un viaje por tu alma» en palabras de Natalia Arsentieva

«Voyage. Un viaje por tu alma» en palabras de Natalia Arsentieva.

Eduardo Sánchez-Sastre publica «Voyage. Un viaje por tu alma» en la colección Ites de Olé Libros

9788417737672_VOYAGE_poesiaEduardo Sánchez-Sastre es el autor de «Voyage. Un viaje por tu alma», libro de poesía recientemente publicado por Olé Libros dentro de su colección Ites. La presentación de «Voyage» será el miércoles 25 de septiembre  a las 19.30 horas en el Aula de Cultura de Cajamurcia (Puerta de Murcia, 22. Cartagena) y contará con la intervención y las palabras de Gregorio Martínez Jiménez (herborista y poeta), Mayya Ganza (profesora y mimo) y Eduardo Sánchez Ganza (ilustrador)

Tras la lectura de «Voyage», Natalia Arsentieva* ha puesto en palabras las impresiones y reflexiones que le ha generado su lectura y queremos compartirla con todos los amantes de la poesía. Son, sin duda alguna, las palabras que conforman su reseña son una invitación sin paliativos a la lectura de los poemas de Eduardo Sánchez-Sastre.

*Natalia Arsentieva imparte Literatura Rusa en la Universidad de Granada. Es una apasionada de Federico García Lorca y su universo, al que analiza en profundidad en el curso de doctorado que tutela: ‘Aspectos de la Historia Comparada de la Literatura Rusa y Española.

«Al empezar estas líneas me vienen a la memoria las palabras de un escritor ruso: “el alma ajena son tinieblas”, y pienso: este libro que acabo de leer es una puerta entreabierta al mundo interior de un poeta, a quien no conozco personalmente, pero que me da la sensación de conocer de siempre, porque me revela mis propios sentimientos ocultos en los oscuros recovecos del corazón que haya experimentado antes o presentes ahora, pero de los que todavía no me he dado cuenta.

“Cada poeta es una metafísica”, -dijo Antonio Machado-, y puedo afirmar que en el caso de Eduardo Sánchez-Sastre, asimismo, estamos ante una filosofía hecha versos. Al no tener más que las rimas para su expresión, cabe preguntar ¿qué piensa él del Ars Poética? La sabiduría, como la de Ramiro Calle, su alter ego, no es, por lo visto, aprendida, sino adquirida con la experiencia vivida, ya que dicen los hindúes, de Vamana Purana a Ramakrishna: “El bien verdadero está en ti, en tu alma. Quien no busca en su propio mundo interior hace lo mismo que el pastor que busca al cordero extraviado en la manada teniéndolo bajo la solapa”. El principio de la verdad no está fuera del alma, como en las religiones de revelación, donde el hombre recibe el don de la verdad de los poderes sobrenaturales, sino que está dentro del yo. Así el autor del presente libro de poemas no escribe versos inspirado en las musas, sino en todo lo que ve y siente: en el viento, en el placer erótico, en una flor, y los versos le salen, a veces, del subconsciente, de los sueños…

La gnoseología poética de Eduardo es muy especial: ¿Es posible penetrar en la naturaleza de las cosas de golpe o mediante un esfuerzo mental? Nunca: la verdad se abre mientras uno avanza por el camino del conocimiento. Bajo el título de Voyage. Un viaje por tu alma el libro reúne todo referente del camino emprendido hacia el saber integral: la realidad vivida y soñada, la ideología, la escatología y la salvación. En su órbita poética están girando los mitos clásicos, las enseñanzas de los sabios, las teorías políticas más modernas, pero su voz no se funde con la de otros, sino que suena muy segura y original y nos descubre una personalidad plena, firme en sus convicciones que comparte con nosotros para invitarnos a “repensar lo pensado” y revivir lo vivido… Vamos a asomarnos a este mundo poético que hace su manifestación desde las primeras páginas del libro.

¿Qué necesidad hay de imaginar un ser supremo fuera del Universo si todo es fruto de la emanación del Sol, el Bien Supremo, que transmite su sagrada energía a las plantas y lo anima todo? De ahí que los ideales que defiende el poeta no van más allá de este mundo, sino enseñan a poner en valor lo que le rodea aquí y ahora. La vida es un proceso de evolución de las formas sometidas a incesantes cambios, y la mayor alegría para el poeta es la de contemplar los fenómenos del mundo en su germinación, crecimiento y metamorfosis infinita. Admira la magia de una flor que brota delante de sus ojos a punto de convertirse en una mariposa y volar, la cima de un monte o los círculos concéntricos que deja una piedra tirada al agua.

Su casa situada en la cordillera bética no lejos del mar de la bahía de Cartagena tiene vistas y paisajes tan espectaculares que no me extraña que para él sea más factible la belleza natural, visible y palpable que la representada mediante la palabra o pincel. Y que de preferencia a un “hombre del bosque”, primitivo, puro y libre, o un yogui del Himalaya, capaz de captar el mensaje lírico en el rumor del céfiro, frente a un individuo sumergido en la oscura selva tecnológica. En la escatología menor del autor de Voyage, el ser humano en su relación con el mundo forma parte de la unidad ontológica de los fenómenos universales. Si empieza a olvidar esta realidad, cuando se centra demasiado en su propio yo, rompe esta unidad. El ego desmesurado comparable a un rascacielos o a un ogro de las Fallas de Valencia, es el origen de todos los sufrimientos, igual que el fraccionamiento y multiplicación del yo, que hace al ser humano perder su identidad.

Por su esencia existencial, en sus primeros orígenes el hombre es idéntico a la Naturaleza. ¿Qué necesidad tiene, plantea la pregunta el poeta, de cambiar lo más natural por lo artificial? Sin embargo, a esto aspira desde los tiempos mitológicos. A la hora de reflexionar sobre dos poderes del hombre, “la razón” y el “corazón”, a favor de este último, Eduardo nos invita a revisar el mito de Perseo. ¿Acaso la Medusa, la beldad convertida en mujer monstruosa por envidia de la diosa Palas Atenea, es un monstruo, o realmente es una belleza decapitada por orden de la diosa de la Razón, víctima de su perversa voluntad? Evidentemente, la intuición poética le sugiere a Eduardo hacer una hermenéutica propia del mito clásico: aparece como hecho escatológico que marca la nueva era, la era de la Razón, donde la espontaneidad de los sentidos sacrificados a favor del intelecto puro viene reemplazada por la mentalidad calculadora. Su avance en la sociedad moderna de la información inquieta al poeta. Renuncia el progreso tecnológico, los móviles, comunicación a distancia, programas de salud como formas falsas de la vida privada y social; y llega a tener una poesía visionaria: la devastación de la Tierra, los mares evaporados y los tormentos de miles de peces y animales marítimos en agonía. Todo esta ha tenido lugar hace miles de años y tendrá lugar en el futuro. El poeta expresa su preocupación por la vida terrenal amenazada por el progreso tecnológico capaz de transformar su belleza en fealdad. No lo ve como castigo divino, sino consecuencia de la propia insensatez e irresponsabilidad de la raza humana, “víctima de su veneno”. Respecto a la Madre Tierra, Homo Sapiens se asemeja a un gusano que come por dentro la manzana en la que vive…

Contra esta realidad imaginaria hay solo una salvación posible: la poesía que da la oportunidad de sentir la belleza de cerca y disfrutar de lo instantáneo. El alma del poeta no busca valores absolutos y eternos, está enamorado de la vida misma, tiene sed de lo real, de los gozos eróticos con una mujer-serpiente, fogosa, furiosa, un monstruo de pasión, quiere ser feliz en el amor, sentir disuelto en su espontaneidad, esperar cada nuevo encuentro como si fuera por primera vez con ganas de recuperar todo lo que percibe del cuerpo femenino: su perfume, su voz, un deje de canela en sus labios. Y en ausencia de lo deseado… no es posible reemplazar lo auténtico por lo artificial. Si uno no tiene mar a su alcance, no lo hará en una pecera. Da lo mismo viajar sin maleta o beber del pozo que no tiene agua, como inútil es hacer el amor con otros, cuando se marcha tu ser querido. En la vida hay sufrimiento, pero hay que superarlo. El poeta llora la temporalidad de la vida, necesidad de despedirse, lamenta las vidas fracasadas e ilusiones perdidas de otras personas, mujeres y hombres, siente nostalgia por su infancia y los jardines románticos de besos que se quedaron en el pasado, pero tiene capacidad de recuperarlos y mantenerlos en la memoria debido a la reanimación lírica de las sensaciones, como el ruido de los pasos de su padre cuando pisaba los chinos al andar.

En el ámbito poético español hay muchas estrellas, el presente libro es una de ellas, itinerario seguro por los interrogantes de nuestro tiempo».