Entrevistamos a Luis del Val que inauguró con su libro Una transición perpetua (Algaida) el Premio Internacional de Novela Solar de Samaniego que en su primera edición premió esta obra. Con su locuacidad usual nos cuenta cómo escribió esta novela. Además, también nos habla de su proceso creativo que os puede dar muchas pistas para vuestras historias; y por último, también hablamos con él de qué espera de esta novela. ¡No os perdáis la entrevista!
¿Cómo surgió la idea de escribir este libro?
Las ideas van surgiendo durante un año y medio; estuve dándole vueltas a unos personajes y entonces se me ocurrió que la hija de un coronel que había estado en los servicios secretos durante la transición podría ser un buen motivo y un punto de partida; si además este coronel había desaparecido en una muerte oscura: tenía una enfermedad con la que no podía tomar nada de alcohol y muere con sobredosis de alcohol en sangre. Era muy sugerente para poder trazar una historia.
¿Qué personaje destacarías de esta novela?
A mí me gusta Cintia y me gusta su madre, Anabel, y me gusta Mario Cifuentes, yo creo que son la trilogía de la novela. Los demás casi son personajes secundarios como el presidente Suárez, González, Gutiérrez Mellado, esos son en realidad personajes secundarios. En el libro hay dos historias: la contemporánea y la pasada. En la pasada está la madre de Cintia y en la actual Cintia y Mario Cifuentes.
¿Cómo es tu proceso creativo?
Siempre es el mismo: pienso la novela durante un año más o menos, sin tomar notas, pero voy pensando en personajes y perfilando la trama; luego, en esta en concreto, tuve seis meses de recopilación de datos; y después, un mes para desechar el 85% de los datos que había recogido porque si pones todos los datos te conviertes en un pedante y en vez de una novela haces una cosa muy pesada y poco amena.
¿El proceso de documentación ha sido largo?
Sí, tuve que visitar bibliotecas y entrevistarme con muchas personas, con gente que todavía tiene memoria y que se acuerda y que me dio muchos detalles. Toda esa recolección no es la guadaña que enseguida te da las espigas, sino que también fue una labor de llamadas de teléfono, visitas, comidas, etcétera.
¿Corrige mucho Luis del Val?
No, escribo lento pero no corrijo, soy muy lento pero cuando son dos líneas son dos líneas y cuando escribo un folio es un folio.
¿Cuando se pone a escribir ya sabe cómo va a terminar la historia?
Sí, yo necesito saber el título, el principio y el final. Eso sí, nunca sé lo que sucede por el medio y lo que sucede por el medio siempre es tan vertiginoso que a mí mismo me seduce y me atrapa.
¿Qué te gustaría que pensará el lector cuando acabe de leer este libro?
Que no ha gastado 19 euros en una tontería, que le ha divertido, que le ha emocionado y que no le ha aburrido.