Caminando sobre las aguas, nos trae catorce cuentos llenos de belleza y equilibrio
Ignacio del Valle nos presenta su nuevo libro, en este caso, un compendio de catorce cuentos con una estructura narrativa trabajada y delicada. Del Valle se declara cuentista y nos lo demuestra con estos relatos que encierran saber hacer y una intrincada arquitectura narrativa al más alto nivel.
Caminando sobre las aguas (Páginas de Espuma), como su título indica se moja sin rozar el agua, traslada a todas sus historias el espíritu renacentista que embriaga su relato central, homónimo de este libro que encierra componentes que se cruzan y que llevan al lector pensar y deleitarse leyendo.
Un sabio ejercicio literario en el que se pueden encontrar diferentes y eficaces técnicas y estrategias narrativas que en pequeñas dosis demuestran que no es necesario escribir una novela para contar historias llenas de contenido, con trasfondo y temas universales, pero sobre todo con los temas que apasionan a su autor y que son el hilo conductor de toda su obra: el amor, la política, la violencia o la belleza, están presentes en estos relatos apasionantes.
Punto de inflexión
Este libro supone un punto de inflexión en la obra de Ignacio del Valle que ha decidido dividir su creación en dos partes, una más centrada en la épica, la historia y la política; y otra más íntima; para que ambos caminos se retroalimenten y oxigenen. De momento, nos deja esta joya para que podamos seguir degustando su saber hacer literario.
Esto fue lo que nos contó acerca de Caminando sobre las aguas:
¿Cuál sería el hilo conductor de los cuentos?
Son catorce relatos recopilados en un periodo muy largo escribiendo cuentos y la idea era conseguir que formaran un conjunto en el libro y, por otro lado, yo entendí que la manera de enlazar los cuentos era con un cuento central que se llama Caminando sobre las aguas que es un cuento sobre el esplendor de la Florencia renacentista y la visión del mundo que tenían en esa época: la medida, la proporción, la belleza, el conocimiento… y, también, es a su vez, el título Caminando sobre las aguas. No sólo es un homenaje a esa Florencia que, en un momento dado, cultural y políticamente, caminó sobre las aguas durante unos 30 años, sino también es un homenaje a la literatura misma, porque es un prodigio.
Por otro lado, otro de los pilares de los cuentos es que he intentado buscar territorios donde todo se mezcla, en algunos cuentos se mezcla la realidad con la ficción, en otros lo cotidiano con lo inquietante, en otros las historias personales con la historia universal, hay un mestizaje que está en todos los cuentos.
Novelas y cuentos
En algunas entrevistas has afirmado que para ti no hay gran diferencia entre escribir una novela y un cuento…
Es que yo antes de ser novelista era cuentista, pero son absolutamente autónomos. Lo cierto es que en los cuentos tengo más libertad a la hora de ensayar estructuras, de hecho, estos catorce cuentos, todos están escritos de una manera diferente porque me resulta más sencillo ensayar diferentes estrategias en distancias cortas que en distancias largas, que luego puedo aplicar a la novela; aunque también me ocurre al contrario, a veces, aplico a los cuentos estructuras que he ensayado en una novela, hay una retroalimentación en este sentido; tengo la suerte de estar entre las dos aguas y, por ejemplo, en este libro, el primer cuento, Círculos es el germen de una novela mía que se llama Busca mi rostro y Got mit uns es el germen de El tiempo de los emperadores extraños; y pasa al revés, curiosamente, porque cuando escribo una novela encuentro una historia tan potente que no casa con el devenir de la novela y entonces la saco y es el germen de un cuento, así que hay una alimentación mutua.
¿Cómo ha sido el proceso de documentación?
Pues depende de los cuentos, porque hay cuentos históricos que para escribirlos he leído mucho sobre la época, pero otros no necesitan tanta documentación, como los cuentos de amor, de los que también hay muchos en este libro, en los que me baso más en las experiencias personales, en lo que oigo; es un estilo más directo porque con estos cuentos trato temas más universales, porque el amor, por ejemplo, lo pone todo en tela de juicio: si no hay amor te vuelves un poco chiflado y si hay ausencia de amor te puedes convertir en un monstruo, seguramente, y todo ese tipo de cosas me interesa contarlas.
Algunos tienen giros sorprendentes como en Jaques…
En Jaques trato otro de los temas que más me interesa, en todas mis novelas siempre me interesa lo mismo: la violencia, las relaciones emocionales, la historia, la identidad, el cine y la belleza, en general, en todas sus manifestaciones y también la política y, sobre todo, las consecuencias de la política en la realidad. Jaques es un ejemplo de ello, como el intento de imposición de una visión ideológica o una visión del mundo acaba con una mujer torturada en una mensa coma una picana.
Tú y la historia
A veces es como si la historia te pasase por encima en un momento dado, es como si formases parte de la historia pero no en su mejor momento, precisamente…
Hablamos de la tónica de las encrucijadas, por ejemplo, la encrucijada de un hombre que está recordan
do que Florencia bajo el mandato de Lorenzo Medici fue el centro del mundo y cómo revirtió en la sociedad ese poder y esa riqueza, porque en esa época Florencia tuvo la mayor concentración de genios por metro cuadrado de la historia, el mobiliario urbano de la ciudad era el David de Miguel Ángel, no era una farola. Entonces, eso se consiguió por una conciencia y una voluntad de querer ser una consecuencia de la política que hoy no vemos.
Desde luego, si comparas el David de Miguel Ángel con algunas de las esculturas que pueblan nuestras rotondas…
Esto es terrible, pero al final el sistema es el mismo porque Lorenzo Medici era un autócrata, era un tipo corrupto porque en un momento dado confunde el patrimonio público con su propio patrimonio, lo que pasa ahora mismo muchas veces, ahora bien, el razonamiento es interesante, porque Lorenzo Medici dice: “Florencia soy yo; entonces, como yo soy Florencia hagamos que Florencia sea lo más grande del mundo”, y lo consiguió.
En alguna declaración que has hecho has dicho que la realidad no es como debe de ser porque no conviene que sea…
La realidad es como conviene que sea, esto es un hecho, ahora estamos hablando de transiciones, de territorios movedizos y movibles; ahora estamos en una crisis de transición, una crisis histórica que influye en todas las crisis individuales; éticamente, moralmente, políticamente es un modelo totalmente acabado, un amigo mío me decía el otro día: “el comunismo está muerto y el capitalismo tiene tendencia al suicidio”, y es lo que está pasando, tenemos que quitarle la pistola de las manos, hay que hacer una serie de reformas, el modelo está acabado.
La política como trasfondo
Esa idea también se traduce en tus cuentos porque todos tienen un trasfondo político subyacente en muchos de ellos.
Pues, posiblemente, porque a mí me interesa mucho la política, nunca he robado porque me educaron para no robar, esa honestidad que es la base de la política, como la base de la literatura porque no te puedes engañar a ti mismo, puedes engañar a la gente durante un tiempo, pero a ti mismo no, y esa es la base, es la base para que un modelo político funcione. Ahora mismo, el problema de la política, en un sentido platónico, es que no sirve en principio para mejorar la vida de las personas; el buen gobierno que se llama. Estamos asistiendo a una crisis en todos los sentidos que está haciendo que la nave esté yendo a la deriva.
¿Qué te gustaría que pensaran los lectores cuando cerrarán tu libro?
Como su salieran de una película, una película que no se acaba con el fin, porque les haya creado una serie de preguntas y quieran seguir comentando la jugada, si consigo eso es perfecto o bien porque se hayan emocionado, porque les haya hecho ver el mundo de otra manera o, bien, porque hayan interpretado lo que ven; que generase interpretaciones eso sería perfecto.
Nuevos proyectos
¿Tienes algún proyecto en marcha?
Lo primero es la promoción de Caminar sobre las aguas que es ya es un proyecto en sí mismo y luego tengo una novela en proyecto: precisamente, ahora mismo he hecho cambios en mi carrera, por un lado, quiero mantener la novela épica, política, y cosmopolita y, luego, por otro lado, quiero llevar a cabo una línea más íntima, con proyectos más pequeños. Quiero que ambas líneas avancen juntas y se oxigenen mutuamente.
Por último, ¿cómo consigues estos títulos tan evocadores?
Es muy importante tener un título y una primera frase; yo siempre tengo muy claro esto. El título, porque tiene que compendiar lo que tú vas a intentar contar; que no tenga que ver con lo que cuentas no tiene mucho sentido; luego, es muy importante la primera y la última página, yo siempre tengo claro estas dos, el resto me tengo que buscar la vida pero es importante tener claros estos tres puntos.