José Luis Corral y Antonio Piñero, dos eruditos, unen sus fuerzas en El trono maldito (Planeta). Una novela que nos traslada al año 4 a. c. Tras la muerte de Herodes, el trono de Israel queda vacante. Un vacío de poder en un momento clave para la historia. La aparición de Jesús de Nazaret y sus seguidores, enfrentándose al poder establecido, se convierten en el objetivo de todas las iras.
José Luis Corral es escritor, arqueólogo y catedrático de Historia Medieval. Entre los títulos que llevan su firma se encuentran novelas como: El salón dorado, Numancia, La prisionera de Roma o El médico hereje.
Antonio Piñero, por su parte, es catedrático emérito de Filología Griega y especializado en literatura e historia del cristianismo primitivo. Ha publicado hasta el momento una treintena de libros relacionados con el Nuevo Testamento, los orígenes de cristianismo y la figura de Jesús de Nazaret.
Una novela apasionante. Conócela un poco más con esta entrevista a sus dos autores,
¿Qué se va a encontrar el lector en El trono maldito?
Una novela sorprendente que presenta a Jesucristo como personaje histórico, desprovisto de la mitificación que durante siglos se ha hecho de su figura. El Jesús de esta novela sorprende por su verosimilitud como personaje político, un hombre de su tiempo que vivía inmerso en los problemas que acuciaban a los judíos en su relación con el Imperio Romano.
¿Por qué elegís este momento histórico para escribir esta novela?
Se dice que la historia de Jesús es «la historia más grande jamás contada». Hace dos mil años que la figura del fundador del cristianismo genera polémicas y adhesiones, controversias y rechazos, anhelos y esperanzas. Como historiadores y novelistas sentíamos la necesidad de colaborar para escribir esta novela, que significa una profundización histórica y literaria a la vez en un tiempo, los cuarenta primeros años de la Era cristiana y unos personajes (Augusto, Livia, Juan el Bautista, Jesucristo, Herodes Antipas…) que forman parte para siempre del imaginario colectivo.
¿Cómo ha sido el proceso de investigación y documentación de la novela?
Ambos llevamos mucho tiempo dándole vueltas a la figura de Jesús;sobre todo Antonio -dice José Luis-, el máximo especialista español en los primeros siglos del cristianismo. Hemos confrontado todas la fuentes contemporáneas, los textos sagrados, los restos arqueológicos, y hemos aplicado la lógica historiográfica sin peder de vista en ningún momento el tratamiento literario de los personajes y la época. Ambos, protagonistas y tiempo histórico en el que se mueven, forman una binomio formidable para un novelista. Hay mucha documentación detrás de la novela, pero sin perder el pulso literario.
¿Cómo surgió la idea de hacer una novela a cuatro manos?
Tras una larguísima conversación de ambos en Tetuán, hace ya algunos años. A ambos nos fascinaba la figura de Jesús, y decidimos colaborar en una novela. Antonio tenía escrito un guión, al que Jose Luis dio un primer desarrollo literario. Después, durante dos años fuimos
intercambiando correcciones, añadidos, supresiones; y tras varias lecturas y una última puesta en común el resultado es «El trono maldito».
¿Teníais algún objetivo previo antes de comenzar a escribirla?
Por supuesto. Queríamos presentar en un libro al Jesús histórico, desprovisto del ropaje «divino» con el que fue vestido desde el momento de su muerte. Y lo hemos hecho en una novela porque nos permite una mayor libertad creativa, y porque así podemos «reconstruir» las muchísimas lagunas de esta historia.
¿Cómo ha sido trabajar conjuntamente, cómo os habéis organizado?
Para ambos ha sido muy fácil. Partimos de una relación de amistad y confianza mutua, y de un sumo respeto por el trabajo intelectual del otro. Cada línea que escribía uno de los dos, la revisaba el otro, la corregía si así lo estimaba, precisaba conceptos, añadía o quitaba
cosas… Ha sido un proceso intelectual fascinante facilitado porque desde el principio nos pusimos de acuerdo en el fin, los medios y el modo y estilo de escritura.
¿Qué papel tendrá la figura de Jesús en ese trono maldito y por qué está maldito?
El trono maldito es el de Israel. A la muerte de Herodes el Grande en el año 4 antes de Cristo se desata toda una catarata de intrigas, pasiones, enredos, traiciones y todo tipo de argucias para hacerse con el trono del padre. Los hijos de Herodes pugnarán con todo tipo armas por conseguir la herencia paterna, a veces con artimañas arteras, en ocasiones con trampas, siempre con intrigas y enredos. El trono de Israel está maldito porque tras la muerte de Herodes el Grande, Israel irá de desgracia en desgracia hasta la derrota total a manos del Imperio Romano, la destrucción del templo de Jerusalén, el fin del reino de Judea y la diáspora del pueblo judío durante casi dos mil años. Y en este embrollo monumental, aparece Jesús predicando la «venida del reino», para complicar por completo las situación, ya de por sí muy liada.
¿Qué os gustaría que pensase el lector cuando termine de leer El trono maldito?
A Ambos nos complacería mucho que el lector entendiera la época de Cristo, se acercara a la figura histórica del Jesús hombre y entendiera la capacidad de trascendencia que somos capaces de generar los seres humanos.
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