Entrevista a Iván Repila
Entrevista a Iván Repila. Nos concede una entrevista el escritor Iván Repila (Bilbao, 1978). Acaba de editar bajo el sello Seix Barral la novela ‘El niño que robó el caballo de Atila’. Además de escritor, Repila es editor y gestor cultural. Suyas son las novelas ‘Una comedia canalla’ y ‘Prólogo para una guerra’. En esta fábula para adultos, dos hermanos, el Grande y el Pequeño, luchan por salir del pozo en el que han sido confinados en mitad de un bosque. Se alimentan de lo que proveen las paredes húmedas y arcillosas, y beben agua con sabor a tierra. Que sobrevivan o no depende de su fortaleza y de su ingenio.
‘Hay personas que han crecido entre violencias inimaginables y te miran desde cavernas que tú desconoces. –Le dice el Grande al Pequeño–. Para ellos, vivir es el pozo’. Creo que esta idea incide con acierto en uno de los grandes temas de la novela.
Efectivamente. Creo que la lectura simbólica del texto es accesible precisamente por estos detalles esporádicos, casi siempre en parlamentos de uno de los dos protagonistas. No he querido esconder que, más allá de la fábula para adultos, modo en que habitualmente se ha calificado la novela, he escrito un libro combativo, tremendamente político, pero también cargado de reflexiones generales sobre lo que significa estar en el mundo, a partir, como señalas, de episodios muy concretos.
En ese mismo discurso adoctrinante, el hermano menor le habla al mayor de un tipo de silencio, el que ‘un día ocupará la tierra, cuando los hombres decidan terminar con todo (…)’.
No soy apocalíptico, pero sí creo que estamos trabajando muy duro para lograr el único final posible para la raza humana: nuestro exterminio. El trabajo, por tanto, al menos el trabajo en el que me siento digno, es intentar corregir esta dolencia de siglos y aspirar a construir un mundo habitable y decente. Desde luego, pocas alegrías nos están dando las noticias diarias.
El Pequeño llega a decir que en su cabeza ‘nada puede contenerme, Es un territorio sin muros, sin pozos, solamente mío’.
Porque la imaginación es uno de los grandes motores para la supervivencia y el progreso. Y la imaginación necesita una idea de libertad solo posible en un lugar pequeño, microscópico: la parte antigua de nuestro cerebro, casi prelingüística, propia de los cocodrilos. Con esa chispa, tal vez, podremos incendiar las viejas estructuras y empezar a levantar las nuevas.
Palabras relacionadas: Iván Repila, El niño que robó el caballo de Atila, novela, fábula, lectura simbólica.
Te puede interesar:
Entrevista a Iván Repila por su novela ‘Prólogo para una guerra’
(c) Foto Iván Repila_Aixa de la Cruz.