Diálogos en una novela, hacerlos convincentes es una cuestión importante para el ritmo de la misma. Claro, que todos los diálogos no sirven. Para saber qué tienen que tener los de la tuya no te pierdas este post.
De los diferentes pasos para escribir una novela o relato, los diálogos son tal vez la técnica más versátil. Para tener claro qué buscamos con cada escena dialogada, debemos entender los estilos de diálogo, así como sus posibles funciones.
El estilo directo reproduce fielmente las palabras de los personajes, aunque pueden ir acompañadas de incisos del narrador. En el indirecto el narrador cuenta lo que dicen los personajes, usando para ello verbos declarativos. El estilo libre es una modalidad intermedia en la que los personajes parecen interrumpir al narrador. Estos tres ejemplos muestran la misma escena, pero pueden transmitir algunas diferencias:
- —Déjame los guantes —le dije, mientras le mostraba mis manos enrojecidas.
- Mis manos se habían puesto coloradas, así que le pedí los guantes.
- Contemplé mis manos enrojecidas; se las mostré. Déjame los guantes.
Los diálogos pueden presentar escenas de un modo más vivo, al reducir la presencia del narrador y potenciar la de los personajes. También definen cómo son los personajes, o al menos revelan qué imagen pretenden dar. Pueden aportar información nueva, o condensar puntos importantes de la trama que han aparecido de forma dispersa. Un buen diálogo contribuye al dinamismo, avanzando la trama del relato e impulsándolo al agilizar la narración y romper la monotonía de la voz narradora.
Para escribir un buen diálogo piensa en alguien que no hayas visto en mucho tiempo, seguro que no le contarías cosas banales, sino interesantes, datos de tu vida que le den buena información de la misma. Pues lo mismo debes hacer en los diálogos, Deben ser vivos e interesantes.
Bien llevada cabo la técnica del diálogo puede mejorar considerablemente una novela, dan aire y al mismo tiempo en los diálogos se encuentran muchas veces los puntos más álgidos de una trama. Los personajes se expresan con ellos, los oímos y vemos actuar directamente en ellos y eso hace que tengan una fuerza de la que el narrador carece.
Si además necesitas saber cómo tratarlos o escribirlos recientemente publicamos un post dedicado al estilo y la ortografía de esta técnica literaria. Te dejamos aquí el enlace.
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