Maqueta tu libro desde Word. Los cuatro puntos a tener en cuenta:Tipografía, cuerpo, interlineado y márgenes

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Maqueta tu libro desde Word. Si vas a publicar un libro no te pierdas estos consejos para escritores

Maqueta tu libro desde Word con unos sencillos consejos. En ocasiones nos habéis preguntado si se puede maquetar correctamente un libro en formato Word y luego imprimirlo con un buen acabado. Antes de entrar en detalles la primera cosa a tener en cuenta es que un archivo para imprimir se debe enviar siempre a la imprenta en PDF, independientemente de que se haya maquetado en Word, Indesign, etc. La segunda es recomendar que si no tienes experiencia recurras a un profesional, en Olelibros.com somos especialistas en maquetación, diseño de portadas, impresión y publicación de libros. Imprimir un libro es algo que requiere experiencia. Tendrás la seguridad de que todo está bien y tu libro lo vale. Si lo vas a maquetar tú tienes cuatro puntos fundamentales en los que tendrás que poner especial cuidado a la hora de maquetar tu libro: Tipo de letra, cuerpo, interlineado y márgenes. A continuación hablamos de cada uno de estos puntos básicos para publicar un libro:

1.- Tipo de letra

¿Qué tipo de letra utilizo? Una de las primeras decisiones que debe tomar un escritor a la hora de maquetar un libro suele ser qué tipo de letra utilizar. Hay tres tipos de letra básicos: con rasgo, sin rasgo y artísticas. Las letras con rasgo (normalmente conocidas como ‘serif’) son aquellas que presentan rebordes o algún tipo de alteración o adorno en su línea, como la Times o la Garamond. Las letras sin rasgo (‘de palo’ o ‘sans serif’) son aquellas formadas por líneas sencillas, como la Arial, Hervética o Calibrí. Dentro de las artísticas, se pueden englobar todas aquellas que presentan un diseño más preocupado por su aspecto gráfico que por su legibilidad, y suelen utilizarse para títulos de publicaciones o cartelería, buscando siempre un efecto de impacto visual.

Normalmente, las letras con rasgo ofrecen un aspecto más clásico y aportan al texto una imagen más densa; mientras que las letras de palo dan a los textos un aire más moderno y transmiten una sensación de más amplitud y ligereza.

Usualmente, las letras con rasgo se emplean en textos de novelas, poesía y formatos pequeños, mientras que las de palo se orientan más a informes, presentaciones y folletos, pero todas al fin y al cabo son legibles y en última instancia la elección de un tipo u otro depende del gusto personal de cada uno. 

Lo importante es que se lea bien, no que sea artística por lo que te recomendamos que no utilices un tipo de letra muy «artistico». Un libro es para leerlo no para ver que tiene un tipo de letra muy original.

2.- Cuerpo de letra

¿Y el tamaño? ¿Qué tamaño pongo a la letra? Habitualmente las letras Sans tienen un cuerpo (tamaño de letra) mayor que las Serif, por lo que un cuerpo de 10 puntos en una letra Sans suele equivaler a un cuerpo 12 de una Serif. Dependiendo del formato final de la publicación, y también del público a quien esté orientada, se puede elegir usar una letra de tamaño mayor o menor. Conviene no olvidar que aunque tú tengas una vista de lince a lo mejor tus lectores no, por lo que conviene no economizar páginas utilizando un cuerpo pequeño. La lectura ha de ser agradable y fácil, y un buen cuerpo de letra es fundamental para este propósito. 

Una publicación destinada a publicarse en tamaño A4 o superior, por ejemplo, requiere un tamaño de letra suficiente para llenar sus páginas sin “apelotonar” el texto, ya que si usamos una letra demasiado pequeña se ofrecerá una imagen muy densa. Del mismo modo, un libro que se publique en formato pequeño, como A5 o menor, no se beneficia de una letra de gran tamaño, ya que el espacio disponible en la página es reducido y si la letra es demasiado grande cabe poco texto en cada página, lo que aumenta el número de páginas final y el coste de edición, además de ofrecer una imagen de “libro para niños”. En pocas palabras, tamaño grande de la página letra más grande y viceversa.

De todos modos, siempre se debe buscar un compromiso entre el tipo y tamaño de letra y el público objetivo, ya que para un lector de edad algo avanzada, con posibles problemas de vista cansada, un texto con un tamaño de letra demasiado ajustado puede producir cansancio a la hora de su lectura, incluso un rechazo inconsciente, provocando que la abandone. Del mismo modo, una publicación con un tamaño de letra demasiado grande puede producir en un lector joven o de mediana edad la sensación de ser “demasiado simple”, innecesariamente claro y de poca densidad.

Existen infinidad de páginas dónde encontrar diferentes tipos de letra, por ejemplo, por citar algunas, tenemos Fontzone, Fontplace, 911Fonts, Azfonts o Ufonts. En todas ellas encontraréis una variedad casi infinita para elegir no sólo la letra del texto, sino que también podréis elegir entre miles para la portada. 

Para acabar este apartado os recomendamos lo mismo que en el anterior. Lo importante es que se lea bien.

3.- Interlineado

Básicamente el interlineado o la interlínea (el espacio que se deja entre las líneas de un texto) se utiliza para lo mismo. Dependiendo de la densidad que se quiera para el texto, se puede dejar mayor o menor espacio entre ellas. Una interlínea más cerrada dará la sensación de un texto más denso, mientras que una interlínea muy abierta aumenta la claridad (y la longitud) del texto, pero siempre se debe controlar para no pecar de un exceso que puede llegar a dificultar la lectura. Una interlínea demasiado grande puede hacer difícil el seguir una lectura, ya que la vista se puede llegar a perder al buscar el comienzo de la siguiente línea tras finalizar la anterior.

Lo aceptable, como siempre, se encuentra en el término medio, y va desde un interlineado sencillo hasta uno doble (el conocido como “doble espacio”). Dado que habitualmente ese espacio se mide en puntos, del mismo modo que los tamaños de letra, una regla habitual en la composición de textos es utilizar un espacio un par de puntos mayor del usado en el cuerpo del texto, o si se utilizan porcentajes, un 120% mayor. Una interlínea más estrecha dará la sensación de un texto más denso, y una más amplia consigue un texto de aspecto más ligero y “aireado”. 

Resumiendo, si vas a usar por ejemplo una letra Arial 10, lo recomendable es que uses una interlinea mínima de 1,2.

4.- Márgenes

Los márgenes o espacio entre el texto y el borde de la página suelen moverse entre 1,5 y 3 cm, y habitualmente son mayores en la parte del lomo (para ceder un poco de espacio a la encuadernación). El margen interior o de lomo ha de tener 0,5 cm más que el exterior.

Incluso estos márgenes, aunque en menor medida, afectan al aspecto general de la publicación. Un libro o revista de mayor tamaño, que contenga ilustraciones, puede beneficiarse de unos márgenes mayores que den un aspecto de mayor claridad, mientras que un texto publicado en un formato más pequeño no es conveniente que tenga unos márgenes demasiado grandes, ya que de nuevo da la sensación de estar muy comprimido en el centro de la página.

Por supuesto, es importante no apurar demasiado ese espacio, ya que se corre el peligro de dejar el texto demasiado próximo al final de la página, algo que complica la tarea final de la impresión y puede llevar incluso en casos extremos a que el texto aparezca cortado por rebasar el límite de la página. Además, una publicación con un margen libre demasiado estrecho entre el texto y el borde de la página, a menudo, da la sensación de un diseño descuidado, e impide una lectura cómoda ya que los mismos dedos que sujetan el libro o revista pueden llegar a tapar la visión del texto que se está leyendo.

Las distancias a respetar dependen del tipo de encabezado y pie de página (si lo llevan), pero una medida común para un libro de tamaño medio (A5, 17×24…) suele ser de 1,5 a 2 cms desde el encabezado hasta el borde de la página, de entre 2 y 2,5 cms desde el pie, y de unos 2 cms desde el margen derecho. 

Si el libro va encuadernado con tapa blanda, con lo que habitualmente se utiliza cola, el margen del lomo suele ser de 0,5 cms mayor que el de la parte exterior.

En definitiva, estas son las normas generales para maquetar un libro de manera correcta, el autor tiene cierta libertad y variedad a la hora de que imprimir su estilo personal en el libro, pero lo importante es la legibilidad y la comodidad a la hora de leer el texto; suficiente aire en los márgenes y una tipografía lo más clara posible.

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