En la actualidad, asistimos constantemente a debate acerca de la funcionalidad de las editoriales, su idoneidad y si son necesarias. Muchos escritores piensan que dada la dificultad para que estas firmas tradicionales elijan sus obras, y teniendo en cuenta el surgimiento de nuevas modalidades de publicación, como las webs de auto publicación y las librerías online, ellos mismos podrían encargarse de todos los procesos que antes llevaba una editorial
Así que los que piensan de este modo, también relacionan otros conceptos, como que con las redes sociales, muy mal se les tiene que dar para que su libro no esté bien publicitado, con insistir basta. Al poco de iniciar su campaña por cuenta y riesgo suelen caer en que no es tan fácil como se pinta a priori.
Como os habréis dado cuenta a estas alturas del artículo, considero que para que una obra tenga una edición adecuada no la puede editar el propio autor, al menos totalmente. Es imposible, a mi juicio, que uno mismo corrija su propia obra, la valore y sea totalmente objetivo. ¿Es una trama convincente? ¿Los diálogos enganchan?¿Es previsible? ¿Los personajes están vivos emocionalmente? ¿La estructura de los capítulos es adecuada? ¿Hay coherencia en todo el texto? Podría enumerar una larga lista de cuestiones de difícil respuesta para el propio autor o un familiar no objetivo. Es necesario un profesional, con experiencia en intuir lo que sepa fehacientemente aquello que funciona en determinado tipo de lectores.
Eso, sin olvidar, que el manuscrito se ha de maquetar y preparar para imprenta profesionalmente, corregir los ferros y releer, releer, releer la obra hasta que se esté seguro de que no habrá que cambiar nada una semana después de que este impreso el libro.
No tengo nada en contra de la auto publicación, pero el autor ha de ser consciente de qué está haciendo y hasta dónde puede llegar.
Si el autor no encuentra editorial después de meses buscando, debería pensar en cuántos profesionales han intervenido en el proceso creativo, formal y de difusión, porque puede ser que el problema de su búsqueda sin resultado sea que su texto aún no esté adecuado a lo que las editoriales buscan en este momento, es decir, que requiere de ayuda profesional. Esta es una cuestión que sólo el autor debe hacerse.