«En ese preciso instante en el que suena tu nombre, ya el mundo ha cambiado para ti, has pasado del deseo a la responsabilidad» Clara Sánchez
Y llegó el día en que se presentaron los Premios Planeta 2013 en Valencia. Asistimos a tan esperada cita para encontrarnos con la ganadora de este año, Clara Sánchez, por su libro El cielo ha vuelto; y la finalista, Ángeles González Sinde, por su primera novela El buen hijo.
Clara Sánchez nos contó cómo comenzó a escribir esta novela premiada, según la escritora la novela se gestó a partir de estar hojeando una revista y reparar en una modelo, en ese momento pensó: «Esta chica parece que tiene miedo, que le está ocurriendo algo en su vida y yo quise ir un poco más allá, sobre todo, me di cuenta de que mi mirada hasta ese momento había sido muy superficial porque siempre me había quedado en el envoltorio, sin darme cuenta de que detrás había un ser humano de verdad. Y me doy cuenta de que en la sociedad en la que vivimos nos hemos superficializado mucho, quizás porque vamos muy deprisa y no nos da tiempo a retener, a detenernos y a contemplar».
La vampirización emocional como tema central de El cielo ha vuelto
Según Clara, esta modelo, Patricia, la protagonista de El cielo ha vuelto, «de pronto, descubre que la gente de su alrededor no la quiere como ella quisiera que la quisieran». Ahí arranca esta novela premiada, con una «mujer que está sola pero que no lo sabe y es que cuando uno ama a otra persona le está dando un arma de poder increíble» destacó Sánchez.
Y en este sentido camina esta novela cuyo tema central está presente en todas las novelas de Clara Sánchez, ella lo definió como: «La vampirización emocional». «Nos pueden estar vampirizando de desde todas partes, desde las personas que amamos hasta los poderes políticos, económicos, desde donde queráis, simplemente, porque nos estamos dejando vampirizar, porque no hemos sido capaces de tomar las riendas de nuestra vida».
Así hablaba la ganadora del Premio Planeta de su novela que también cuenta con componentes mágicos que aparecen en ella gracias a otro personaje destacado: Viviana, «que ayudará a Patricia a seguir adelante, a buscar la independencia sentimental, la liberación». La autora que subrayó que a pesar de que todos los personajes que aparecen en la novela están inspirados en personas reales, ella ha querido hacer una fábula, de ahí las pinceladas mágicas que encontramos en ella.
La importancia del premio
Clara Sánchez también destacó que este premio ha sido muy importante para ella, porque le ha dado la libertad, no sólo por el dinero que le va a permitir seguir escribiendo con tranquilidad, sino porque también: «me ha llegado en un momento de mi vida en el que me permite libertad creativa, hacer lo que a mí me dé la gana en literatura, que es lo que me apetece. Disfrutar de escribir, es lo que quiero hacer. Así que, ha llegado en el momento justo, es como si yo como si lo hubiese hecho con mis propias manos, está bien».
A la pregunta de qué sintió en el preciso instante de recibirlo, Clara Sánchez, afirmó que se podría escribir una novela de lo que sintió en ese momento, «la gente que te rodea comienza a brindar y se alegra pero a ti no te da tiempo ni a brindar ni a nada, porque tienes que salir y subir tres escaloncitos, procurando no caerte, porque claro esa noche vas con tacones, y luego salir y decir algo coherente, algo verdadero, no puedes decir algo de trámite, sino dejar algo de ti mismo. Y es que en ese preciso instante en el que suena tu nombre ya el mundo ha cambiado para ti, has pasado del deseo a la responsabilidad».
Confianza y difusión
Por otro lado, para Ángeles González Sinde, este premio supone un voto de confianza. «La libertad es un don precioso que, a veces, se te escapa de las manos y está muy ligado a la confianza y, en ocasiones, no es fácil de mantener a lo largo de toda una carrera»; de manera, que ella optó por este premio buscando difusión que le llevará a tener más confianza.
Porque según Sinde «He escrito novelas infantiles que seguro que ninguno de ustedes conoce, estoy segura al 100%», así que el premio es una posibilidad de que por fin las conozcamos. Ella no escribe «ni para mi vanidad ni para mi satisfacción ni para ser un autor de culto; escribir es una profesión, un trabajo y sobre todo a lo que aspiras es a conectar con otras personas».
Sinde también destacó que en todas sus obras, también en esta, El buen hijo, se encuentra presente la lucha de sus personajes por descubrir su identidad frente a los mandatos o las normas externas de la educación o la sociedad.
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