Paloma Sánchez-Garnica publica «La sonata del silencio», su última novela. Entrevista

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alt="Entrevista Paloma Sánchez-Garnica por La sonata del silencio"Paloma Sánchez-Garnica nos trae La sonata del silencio (Planeta), una novela que habla de pasión, éxito y fracaso en la España de la posguerra. La autora ha querido contar la experiencia de dos familias que conviven en un mismo edificio con diferentes suertes, diferentes vivencias de una misma época. Un recorrido vital colectivo en el que priman los personajes que pueblan las páginas de este libro.

Mujeres y hombres con sus contradicciones y su lucha por la felicidad y la supervivencia. Aunque su autora no entra en la historia ni en la política, se hacen evidentes, a lo largo de esta novela, las duras condiciones en las que viven algunos de sus personajes, sobre todo las mujeres, ya que se reflejan sus circunstancias y su lucha diaria.

Una gran novela que muestra con veracidad el Madrid de la época: castañeras, carboneros y medias de estraperlo. El triunfo y el fracaso separados por un tabique. Como se lee en la sinopsis de La sonata del silencio, nos encontramos con una historia con varias líneas de acción que discurren en un ambiente donde el amor, la pasión, los celos y las injusticias son el caldo de cultivo ideal para que no se pueda dejar de leer desde la primera de sus páginas.

A continuación, os dejamos con lo que nos contó  Paloma Sánchez-Garnica:

¿Cuéntale a los lectores cuál es las esencia de La sonata del silencio?

La esencia de la novela es el sentir del ser humano, sus miedos, sus pasiones, sus anhelos. Desde la noche de los tiempos, en todos los rincones del mundo, cualquiera que sea la circunstancia vital, los seres humanos sentimos de forma muy parecida: todos deseamos encontrar nuestro lugar en el mundo; todos, con mayor o menor fortuna, buscamos nuestra cuota de felicidad; todos pretendemos amar y ser amados. Pero también, a lo largo del tiempo, el ser humano se ha visto abatido por parecidos odios, fracasos, frustraciones, envidias sentidas y padecidas. Y todo esto es lo que se muestra en La sonata del silencio a través de cada uno de sus personajes.

Es una novela de personajes, ¿Cómo los has construido? ¿Cuál de ellos te ha costado más definir y perfilar?

La construcción de los personajes, de la trama, de los hilos que la crean, lo consigo escribiendo; es la forma en la que ‘ellos’ se me presentan y se me van dando a conocer a medida que tecleo sobre el teclado. Me dejo llevar y ellos vienen a mí, muchas veces derivados de mis propias lecturas.

En cuanto a quién me costó más definir, sin duda, fue a Roberta Moretti. Se presentó en la historia de repente, sin más. Pero no sabía nada de ella, no me dejaba ‘entrar’ en su vida, no me permitía ‘formar’ su pasado; sólo cuando ella quiso pude contarlo y conocerla, y por tanto, definirla y construir su personaje.

La música está muy presente a lo largo de todo el libro, desde que Marta teclea en el alféizar de la ventana en un piano imaginario, ¿Qué música elegirías para leerla y cuál elegiste para escribirla, si es que la escribiste con música?

Cada una de las composiciones que aparecen en la novela han sido elegidas de manera muy meditada para terminar de dar forma al momento en el que se ejecuta esa pieza, y para definir el sentir del personaje y la fuerza ambiental.

La música me ayuda a escribir porque me aísla del mundo y me predispone al proceso de creación. Con La sonata del silencio, utilicé Los Nocturnos de Chopin, los oía de forma reiterada, de tal manera que con el tiempo, más que escuchar me acorcha la mente, y tan sólo con oír la primera pieza, me incita a entrar en la historia y teclear. Esta magia de la música fue algo que descubrí escribiendo las Las tres heridas, con la que me aislé a través de El Concierto de Brademburgo de Bach.

En una entrevista que te hicieron me encantó tu definición que hiciste de la diferencia entre un lector hombre y una lectora mujer, me encantaría que nos contarás esa diferencia desde tu perspectiva.

En esta novela he querido poner de manifiesto de dónde venimos y lo que fuimos. Es parte de nuestro pasado más inmediato, y, aunque hemos avanzado muchísimo en el ámbito legal (con leyes más justas e igualitarias), las actitudes, la costumbre, los modos de actuar de la sociedad están tardando algo más en adaptarse a esa igualdad y esa justicia social; y si bien es cierto que la sociedad en general ha cambiado, aquellas maneras, aquellas formas de pensar siguen ahí en nuestro subconsciente, sobre todo en cuanto al papel de las mujeres, las grandes perdedoras de aquella época que fueron consideradas incapacitadas para casi todo si no íbamos de la mano de un hombre (padre, marido o tutor). Y en base a nuestro pasado, imposible de borrar de un plumazo, o simplemente por pura ‘solidaridad de género’, hay determinadas escenas en las que una lectora reacciona de manera diferente a un lector, porque cada uno se pone en un lugar distinto de esa escena; las mujeres se fijan en detalles que a los lectores hombres les suelen pasar desapercibidos, y al revés. Sin desvelar nada, en la escena en la que Marta Ribas baja al despacho de Rafael para recuperar su piano, y en torno a lo que sucede en ese despacho, el lector reacciona de distinta manera ante la actitud del notario que una lectora; ellas tienden a fijarse más en la ‘bofetada moral’ que recibe Marta y ellos en el ‘incomprensible’ brote de dignidad que a él le surge de repente.

En La sonata del silencio, percibo un esfuerzo en salir de los caminos de la novela de posguerra, donde la política queda como una voz a lo lejos, ¿Te ha costado mucho hacer esta separación en un periodo histórico tan imbuido por la política de nuestro país?

No, en absoluto, porque yo, cuando escribo, no pretendo contar nada referente a la política o la historia, convertidos tan solo en un escenario, en el ambiente en el que viven y respiran mis personajes. Lo que me interesa contar es la historia con minúscula, la de la gente normal, como la de cualquiera de nosotros, me interesa contar aquello que no es titular de ningún periódico, ni es objeto de ningún estudio. Cuando escribo, igual que cuando leo novelas, pretendo comprender y entender cómo, por qué y para qué reacciona la gente de una manera u otra cuando está sometida a una determinada presión, o pasión, o sentimiento interno o externo, y asimismo, saber o entender cuáles son sus consecuencias. Es el milagro de la literatura, la ciencia de la sociedad, la intrahistoria de la que hablaba Unamuno, algo que no se puede encontrar en los libros de Historia y que sólo hallamos en las novelas.

Los escenario del Madrid de la época no tienen demasiada importancia en las escenas que cuentas, ¿es un hecho pensado para que la acción se centre más en los personajes?

Al igual que la política, la ciudad, sus calles, las casas, se convierten para mí en un escenario más en el que se mueven mis personajes, porque sus vidas, su sentir, sus pasiones, sus miedos, sus anhelos, su cotidianidad, se podría dar en cualquier rincón de aquella España de postguerra, cutre, gris, de carencias, injusta y discriminatoria que se estableció cuando terminó la Guerra Civil y que se mantuvo durante décadas.

¿Cómo creaste la estructura, cómo es tu proceso creativo, cambia con cada novela?

Siempre empieza todo con una vaga idea de lo que me podría llegar a interesar, con algo sobre lo que tengo curiosidad de entender o comprender mejor. A partir de ahí tengo que ponerme a escribir para poder expresar lo que se va fraguando en mi interior. La estructura se fue haciendo poco a poco sin un esquema previo. Escribo y va saliendo, tal y como si leyera una historia desconocida para mí. Lo único que elijo de manera consciente es la voz narrativa: en primera persona o en voz omnisciente. Lo demás lo dejo en manos de la magia de la literatura. Eso sí, soy muy disciplinada y constante para escribir cada día, muchas horas, indefectiblemente, sea lunes o domingo, necesariamente tengo que sentarme a escribir.

¿Qué te gustaría que pensase el lector y la lectora al terminar de leerla?

Que le ha merecido la pena el tiempo y la lectura invertidos…

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